Se trata de un padecimiento en el que existen conductos anómalos entre las arterias y venas en la región dural que recubre las zonas cerebrales y espinales, como resultado de coágulos sanguíneos o lesiones traumáticas en la cabeza.
Las fístulas arteriovenosas de la duramadre se presentan con mayor frecuencia en personas que sobrepasan los 55 años de edad, pero también se manifiestan en niños y adultos jóvenes.
Aunque en la mayoría de las fístulas arteriovenosas de la duramadre se desconoce la causa, existen una serie de riesgos potenciales que pueden favorecer su aparición, como:
- Alteraciones en la coagulación sanguínea, que puede ocasionar una oclusión de los senos venosos.
- Cirugía cerebral previa.
- Infecciones.
- Lesiones traumáticas en la cabeza.
- Presencia de tumores meníngeos benignos.
- Trombosis venosa profunda.