Son el conjunto de lesiones autoinfligidas sin intención de suicidio, pero con el propósito de lastimarse a uno mismo a través de cortes, golpes o quemaduras, siendo una manera autodestructiva de hacer frente a problemas emocionales y a eventos estresantes.
Cuando la persona se autolesiona recibe el satisfactor efímero de verse sereno, aliviado de tensiones físicas y emocionales; pero dejando culpabilidad y vergüenza, dando paso al poco tiempo al retorno del dolor emocional que se buscaba calmar.
Si bien, las autolesiones no tienen intenciones suicidas, en ocasiones pueden llegar a ser de peligro mortal involuntario por falta de control y pericia al realizarlas.
Por lo general, las áreas corporales más frecuentes para autolesionarse son:
- Brazos.
- Pecho.
- Abdomen.
- Piernas.
Tipificación de las autolesiones:
- Cortadas.
- Raspadas.
- Perforaciones.
- Quemaduras con:
- Cerillos.
- Cigarros.
- Cuchillos calientes.
- Cortes tipo tatuaje de símbolos o palabras.
- Golpes con puño o estrellándose contra objetos o construcciones.
- Mordeduras.
Existen una serie de riesgos potenciales para desarrollar este trastorno, entre ellos:
- Amistades proclives a la autolesión.
- Abuso físico o sexual.
- Problemas emocionales.
- Trastorno límite de la personalidad.
- Depresión.
- Trastorno de ansiedad.
- Trastorno por estrés postraumático.
- Trastornos alimentarios.
- Alcoholismo.
- Drogadicción.