Una vez que tu médico analice tu sintomatología e historial clínico, te realizará una revisión exhaustiva de las lesiones bucales y te preguntará sobre los hábitos que tengas que pueden ser factores de riesgo.
Asimismo, puede solicitarte algún otro estudio para descartar alguna afección potencialmente causante de la leucoplasia.
Si confirma el diagnóstico, lo más probable es que te practique pruebas de detección oncológica, como la biopsia por escición o por cepillado oral.
El plan de tratamiento para la leucoplasia se establecerá en función de la cantidad y el tamaño de las lesiones, pero normalmente los parches se remueven con criosonda, láser o bisturí. Además, deberás erradicar el consumo de alcohol y tabaco.
Si padeces leucoplasia pilosa, por un sistema inmunológico debilitado a causa de alguna enfermedad viral, también podrán prescribirte medicamentos antivirales.
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