¿Qué es Linfoma?

Se trata de una variedad de cáncer que ataca el sistema linfático en su totalidad, pudiendo presentarse principalmente en los ganglios, la médula ósea, el timo y el bazo, aunque también puede aparecer en órganos como el hígado.

Los tipos de linfoma más comunes son el linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodking. En ambos, el tratamiento se establecerá en función del grado de avance de la patología, aunque por lo general se combinan tratamientos como radioterapia, quimioterapia, trasplante de células hematopoyéticas e inmunoterapia.

Clasificación de linfomas:

• Linfoma de Hodgkin.
• Linfoma no Hodgkin.
• Linfoma cutáneo de células T.
• Linfoma cutáneo de linfocitos B.
• Leucemia linfocítica.

La sintomatología depende del nivel de avance de la enfermedad y la zona afectada, pero normalmente incluye los siguientes síntomas:

• Problemas respiratorios.
• Disminución de peso corporal.
• Comezón.
• Cansancio y debilidad.
• Temperatura elevada.
• Ganglios linfáticos inflamados.
• Sudor excesivo.

Si experimentas algunos de estos síntomas, acude con tu médico. Como sucede con muchos tipos de cáncer, el linfoma puede curarse si se diagnóstica y trata oportunamente.

El origen aparente del linfoma es el resultado de una mutación en los genes de los glóbulos blancos que comienzan a mutiplicarse descontroladamente con esa alteración, lo cual los vuelve disfuncionales, provocando inflamación en los componentes del sistema linfático.

Riesgos potenciales:

• Pertenecer al sexo masculino.
• Contar con un sistema inmunológico débil, ya sea por padecimiento o por ingesta de fármacos inhibidores de las defensas del organismo.
• Tener más de 50 años de edad.
• Infecciones como las causadas por Helicobacter pylori o el virus de Epstein-Barr.

Una vez que tu médico analiza tu sintomatología e historial clínico, te realizará un examen físico en el que verificará el estado de tus ganglios y si existe inflamación en algunos órganos.

Asimismo, te solicitará los siguientes estudios para emitir un diagnóstico certero:

• Examen de sangre.
• Estudios de imagen:
• Tomografía computarizada.
• Resonancia magnética.
• Tomografía por emisión de positrones (PET).
• Biopsia de ganglio linfático.
• Muestra de médula ósea.

El tratamiento adecuado para tu caso se establece de acuerdo con el tipo de linfoma y el estadio en el que se encuentra. Su finalidad es eliminar las células enfermas.

Las terapias más utilizadas son:

• Quimioterapia.
• Radioterapia.
• Trasplante de células hematopoyéticas.
• Inmunoterapia.

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