Se trata de un padecimiento oncológico en el que células nerviosas anómalas se producen y multiplican de manera descontrolada en el tejido nervioso inmaduro denominado neuroblastos, el cual se encuentra en diversas zonas corporales como las glándulas suprarrenales, el abdomen, el pecho, el cuello y la médula espinal, siendo dichas glándulas el área de incidencia más común de este tipo de cáncer.
Aunque se desconoce la causa específica de la aparición del neuroblastoma, se sabe que, como suele suceder con cualquier cáncer, el origen es una anomalía de orden genético que altera la naturaleza celular creando una sobreproducción caótica de células anómalas, formando una tumoración susceptible a generar metástasis.
Normalmente, este tipo de cáncer aparece en mayor medida en infantes que todavía no cumplen los seis años de edad. Sin embargo, también es posible que afecte a niños que sobrepasan esa etapa.
Existen diversos niveles de gravedad en esta afección, los cuales determinarán el tipo de tratamiento a seguir en función del grado de riesgo que presenta cada caso; entre más serio sea, se fijarán opciones terapéuticas más intensas, complejas y completas.