Una vez que el ginecólogo analice tu sintomatología e historial clínico, te realizará un examen ginecológico completo y en caso de que encuentre indicios de la presencia de pólipos uterinos, te practicará los siguientes estudios:
- Ecografía.
- Procedimiento histeroscópico.
- Biopsia de endometrio.
El tratamiento a seguir dependerá de la cantidad y volumen de los pólipos uterinos, pero, por lo general, incluye:
Observación y seguimiento:
Si los pólipos son de mínimas dimensiones y no provocan síntomas, no suele ser necesario atenderlos, por lo que solo se les monitorea para ver que no crezcan o puedan generar complicaciones con el tiempo.
Fármacos:
Se prescriben medicamentos de tipo hormonal para establecer un control sobre su desarrollo y sintomatología.
Cirugía:
Remoción quirúrgica de los pólipos que, una vez extraídos, pueden ser analizados en el laboratorio para verificar que no exista cáncer o probabilidades de desarrollarlo. Rara vez, los pólipos removidos vuelven a crecer, por lo que suele ser un procedimiento definitivo.
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