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¿Qué es un síndrome coronario agudo?

5 de noviembre 2025

El síndrome coronario agudo o SCA es un padecimiento que engloba un conjunto de trastornos cardíacos que de manera repentina restringen o cortan la circulación sanguínea hacia el corazón, pudiendo provocar ataques cardíacos y angina de pecho inestable, siendo ambos padecimientos de gravedad que deben ser tratados urgentemente para restablecer el flujo sanguíneo, atender los posibles daños al músculo cardiaco y las complicaciones que acarrean.

El origen del síndrome coronario agudo obedece al exceso de lípidos que forman placas en las arterias coronarias, que al romperse promueven la formación de coágulos sanguíneos que obstaculizan parcial o totalmente la circulación de la sangre al corazón, impidiendo también la llegada de oxígeno y sustancias nutritivas, pudiendo generar necrosis del tejido cardiaco ante la falta de oxígeno a nivel celular y provocar un infarto, o en caso de que no se presente necrosis, se produce una angina de pecho inestable.

¿Qué signos y síntomas indican un síndrome coronario?

Los signos y síntomas del síndrome coronario agudo pueden variar tanto en su presentación como en su intensidad, en función a la extensión del daño en el músculo cardíaco, la duración de la obstrucción y la condición general del paciente.

Sin embargo, el síntoma más característico del síndrome coronario agudo es el dolor torácico opresivo o sensación de presión en el pecho, que puede irradiarse hacia el brazo izquierdo, el cuello, la mandíbula, la espalda o el abdomen superior. Este dolor suele durar más de 20 minutos y se alivia al estar en reposo.

Más allá del dolor torácico, el paciente también puede presentar otros síntomas como:

  • Dificultad para respirar: la disnea es consecuencia de la disminución de la función de bombeo del corazón y la acumulación de líquido en los pulmones.
  • Sudoración excesiva: es una sudoración fría que es resultado de la activación del sistema nervioso simpático ante el dolor y la falta de oxigenación.
  • Náuseas, vómito o sensación de indigestión: puede aparecer por la irritación del nervio vago o por la confusión del dolor cardíaco con molestia digestiva.
  • Palidez y debilidad generalizada: refleja una disminución del gasto cardíaco y del flujo sanguíneo hacia la piel y los músculos.
  • Mareos o síncope: en caso de mayor gravedad, la perfusión cerebral disminuye y puede provocar pérdida momentánea del conocimiento.
  • Palpitaciones o ritmo cardíaco irregular: son provocadas por arritmias derivadas de la isquemia o del daño en el tejido cardíaco.

Por otra parte, en las mujeres, adultos mayores o pacientes con diabetes mellitus, los síntomas pueden ser atípicos o más sutiles, como fatiga intensa, malestar general o dolor abdominal. Esta presentación puede retrasar el diagnóstico y el tratamiento, aumentando el riesgo de complicaciones.

Debido a esto, es importante que cualquier molestia torácica persistente, o inusual, deba ser considerada una urgencia médica.

¿Cómo se diagnostica la SCA?

El diagnóstico del síndrome coronario agudo debe realizarse de manera rápida y precisa, debido a que cada minuto que pase sin recibir tratamiento puede significar una mayor pérdida de tejido cardíaco funcional.

El proceso de diagnóstico combina diversas acciones:

Imagen de estudio para el síndrome coronario agudo, donde se visualiza tanto la elevación del segmento ST como la depresión del segmento ST.
  • Evaluación clínica: el médico realiza una historia clínica detallada del paciente, en la cual se analizan los síntomas, antecedentes de enfermedad cardiovascular, factores de riesgo como la hipertensión, dislipidemia, tabaquismo o diabetes, así como antecedentes familiares de enfermedad coronaria. Dentro del examen físico se pueden identificar signos de insuficiencia cardíaca o de bajo gasto cardíaco.
  • Electrocardiograma: el ECG es la prueba inicial más importante, y permite diferenciar entre los dos grandes tipos de síndrome coronario agudo:
    • Infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST (IAMCEST): indica una obstrucción coronaria total y requiere perfusión inmediata, generalmente a través de una angioplastia o una trombolisis.
    • Infarto agudo de miocardio sin elevación del ST (IAMSEST): también conocida como angina inestable, suele reflejar una obstrucción parcial.
  • Biomarcadores cardíacos: las enzimas y proteínas que son liberadas por el músculo cardíaco dañado, como la troponina I o T, son cruciales para llegar al diagnóstico de infarto. La elevación de estas enzimas es reflejo de necrosis miocárdica.
  • Pruebas de imagen: existen diferentes pruebas que permiten obtener información específica de esta situación:
    • Ecocardiograma: evalúa la función ventricular y detecta zonas de hipocinesia o acinesia, reflejan el daño al miocardio.
    • Angiografía coronaria: también conocida como coronariografía, permite visualizar de manera directa las arterias coronarias y localizar la obstrucción, siendo el estándar de oro para decidir el tipo de tratamiento que se realizará.
    • Estudios complementarios: en ocasiones se pueden realizar estudios como la tomografía coronaria o la resonancia magnética cardíaca, especialmente en aquellos casos donde el diagnóstico es incierto.

Para lograr un diagnóstico precoz y un buen manejo es importante la coordinación entre los servicios de urgencias, cardiología y hemodinamia, que son fundamentales para mejorar la supervivencia y reducir las secuelas.

Síndrome coronario agudo, tratamiento

El tratamiento del síndrome coronario agudo tiene como objetivo tanto restablecer el flujo sanguíneo al corazón en la mayor brevedad posible, cómo prevenir nuevas obstrucciones, limitar el daño miocárdico y reducir el riesgo de complicaciones inmediatas o futuras.

Como acción inicial, y desde el primer contacto médico, se inicia la administración de tratamiento que ayudan a estabilizar al paciente, esto significa reducir la agregación plaquetaria, limitar el crecimiento del coágulo, dilatar las arterias coronarias, aliviar el dolor, disminuir la demanda de oxígeno del corazón al reducir la frecuencia cardíaca, prevenir la formación de nuevos trombos y oxigenación suplementaria, esto último si se detecta hipoxemia.

El siguiente paso, y el crítico, en el tratamiento del síndrome coronario agudo es reabrir la arteria obstruida. Esto se puede lograr mediante dos vías:

  • Intervención coronaria percutánea: también conocida como ICP o angioplastia, es el método preferido en la mayoría de los casos y consiste en introducir un catéter con un balón hasta el sitio de la obstrucción y expandirlo para abrir la arteria, generalmente con el apoyo de un stent coronario que mantiene el vaso abierto. Lo ideal es que este procedimiento se realice dentro de los primeros 90 minutos desde el inicio de los síntomas.
  • Terapia trombolítica: se utiliza cuando hay disponibilidad inmediata de un laboratorio de hemodinamia. Consiste en administrar tratamientos que disuelven el coágulo, dentro de las primeras horas del evento.

Una vez se ha superado la fase aguda, el paciente requerirá de un manejo integral para evitar recurrencias, mediante diferentes acciones como el uso de antiplaquetario y estatinas para reducir la posibilidad de nuevos eventos cardiovasculares.

Llevar un estricto control de factores de riesgo también es crucial, esto significa monitorear y controlar la presión arterial, el colesterol, el peso, la glucosa y abandonar el consumo de tabaco, si se realiza.

La rehabilitación cardíaca supervisada incluye desde ejercicio hasta la educación y el apoyo psicológico para mejorar la calidad de vida.

La cirugía de bypass coronario es otro posible tratamiento, el cual se realiza en caso de que el síndrome coronario agudo haya provocado múltiples lesiones o que el paciente no sea candidato a angioplastia por algún otro motivo.

El pronóstico final del paciente dependerá de factores como el tiempo de atención, la extensión del daño y la adherencia posterior al tratamiento médico.

¿Cuánto dura un síndrome coronario agudo?

El síndrome coronario agudo en realidad no tiene una duración uniforme, ya que depende de factores como el tipo de evento, la rapidez del tratamiento y el estado general del paciente.

En el infarto con elevación del ST el episodio agudo puede durar desde unos 30 minutos hasta varias horas, pero el daño celular comienza desde el minuto uno de la obstrucción.

Mientras que en la angina inestable los síntomas pueden aparecer y desaparecer en cuestión de minutos u horas, pero el riesgo de progresar a un infarto es alto.

El síndrome coronario agudo representa una de las emergencias médicas de mayor gravedad y frecuencia a nivel mundial. Identificar los síntomas a tiempo, acudir al servicio de urgencias de manera inmediata y recibir un tratamiento especializado son los factores determinantes para que el paciente sobreviva, y en caso de hacer el nivel de calidad de vida con el que seguirá.

En el área de atención del Infarto Agudo al Miocardio del Centro Médico ABC te podemos dar atención especializada ¡Contáctanos!

Fuentes:

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    Ricardo Ostos

    Ricardo Ostos

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