Se refieren a un proceso de entumecimiento y rigidez en los músculos que se presenta debido a contracciones recurrentes a nivel muscular, incluso estando en reposo, afectando por lo regular el cuello, trapecio, espalda baja y extremidades inferiores, afectando en mayor medida a deportistas y personas sedentarias.
Las tensiones musculares pueden ser causadas por lesiones y traumatismos, pero también por enfermedades articulares o neurológicas, alteraciones de índole psicológica, posturas erróneas prolongadas, sobrecargas funcionales y estrés, entre otros aspectos, como:
- Deshidratación.
- Exceso de entrenamientos deportivos.
- Falta de potasio y magnesio.
- Lesiones en la zona cervical de la columna vertebral.
- Problemas circulatorios.
La tensión muscular se caracteriza por la presencia de protuberancias o nódulos pequeños perceptibles al tacto. Cuando el estrés se convierte en crónico, los músculos se mantienen en constante tensión, acumulando ácido láctico y metabolitos tóxicos, que junto a la disminución del flujo sanguíneo y la oxigenación, empeoran el cuadro
Las zonas más afectadas por la tensión muscular a causa de estrés crónico son:
- Cuello.
- Entrecejo.
- Hombros.
- Mandíbula.