Se trata de un padecimiento mental que consiste en el afianzamiento de pensamientos obsesivos y temores, muchas veces irracionales, que producen conductas compulsivas, generando emociones negativas que hacen sufrir a quien lo padece, afectando su vida y actividades cotidianas.
El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) se caracteriza por obsesiones y compulsiones difíciles de controlar porque al intentar detenerlas se genera mayor ansiedad, que solo puede ser aliviada momentáneamente al darle rienda suelta a esos comportamientos, aunque al poco tiempo retornan esas obsesiones, convirtiendo el flujo en un patrón conductual.
Esta afección suele centrarse en temas específicos, como el miedo a la inseguridad, por lo que el paciente constantemente vigila su entorno y revisa equipos de seguridad para tener la certeza efímera de que no está amenazada su integridad.
Si bien no se sabe a ciencia cierta el origen del trastorno obsesivo compulsivo, las investigaciones señalan que podría deberse a cuestiones:
- Alteraciones químicas en el cerebro.
- Anomalías genéticas.
- Imitación y aprendizaje de comportamientos.
Entre los riesgos potenciales para desarrollar este padecimiento destacan:
- Tener familiares que hayan padecido el trastorno obsesivo compulsivo.
- Episodios traumáticos o de alto nivel de estrés.
- Padecer algún otro trastorno mental.