Una vez que el médico analice tu sintomatología o la de tu hijo, llevará a cabo una revisión física en busca de signos de la presencia de un tumor de Wilms y solicitará estudios de sangre y orina para verificar la función renal y la composición sanguínea.
Asimismo, te practicará estudios de imagen como ecografía, resonancia magnética y tomografía computarizada, con el objetivo de confirmar el diagnóstico, determinar el grado de avance o estadio del cáncer y si el tumor ha hecho metástasis y se ha diseminado a otras zonas corporales.
El tumor de Wilms suele tratarse con una combinación de quimioterapia, radioterapia y cirugía, pero la utilización de una u otra y la mezcla de las tres dependerán del estadio oncológico en la que se encuentre el tumor de tu hijo o el tuyo.
Los procedimientos quirúrgicos para el tumor de Wilms incluyen:
- Nefrectomía parcial:
Consiste en la remoción del tumor y parte de los tejidos circundantes.
- Nefrectomía radical:
Se extirpa el riñon afectado, los tejidos adyacentes, la glándula suprarrenal, ganglios linfáticos contiguos y unas porción del uréter.
- Nefrectomía total:
Cuando ambos riñones están comprometidos, se extirpan los tumores tratando de eliminar lo más posible de tejido canceroso. En casos muy avanzados, donde es necesario extirpar ambos riñones, el paciente requerirá diálisis renal hasta que encuentre un donador de órgano y pueda recibir un trasplante renal.
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