El autismo en niños, y también en adultos, es una afección que se relaciona con el desarrollo del cerebro y que afecta la percepción y sociabilidad de la persona, causando problemas de comunicación y en la interacción social.
Una persona con trastorno autista también llega a presentar patrones de conducta repetitivos y restringidos, maneras diferentes de moverse, aprender o prestar atención.
Aunque existen adultos con Trastorno del Espectro Autista (TEA), que se le conoce comúnmente como autismo, es durante los primeros años de la infancia, cuando se puede iniciar, por lo regular en el primer año de vida, sin descartar que existen casos donde este desarrollo se genera entre los 18 y 24 meses de edad.
¿Qué es el autismo en niños?
El autismo no es una enfermedad, sino un desorden en el desarrollo de las funciones del cerebro, motivo por el cual no hay cura, pero se puede llegar a conseguir una disminución en las conductas que provoca este trastorno.
Síntomas en niños con autismo
A grandes rasgos, los niños con autismo presentan algunas características generales, aunque el nivel de intensidad puede variar:
- Dificultad en la interacción social.
- Falta de empatía.
- Características del lenguaje que pueden dificultar su entendimiento, también se puede percibir como muy formal o pedante.
- Complicaciones en la comunicación no verbal.
- Torpeza motora.
- Interpretación literal de los mensajes, no entienden las bromas, ironías o doble sentido.
- Sobrerreacción ante estímulos sensoriales como sonidos, texturas, luces o incluso, comidas.
- Movimientos repetitivos o estereotipados que son movimientos repetitivos, pero sin propósito.
- No diferencian los estados de ánimo de otras personas, lo que genera indiferencia a sus estados emocionales, aunque sí pueden desarrollar afecto a su modo.
El autismo y sus tratamientos
Como se ha mencionado con anterioridad, el trastorno del espectro autista no tiene cura, pero existen tratamientos destinados a reducir los síntomas y, por consiguiente, mejorar el funcionamiento diario y la calidad de vida.
Cada niño que presenta autismo vive una situación particular y única, motivo por el cual suele ser necesario incluir en el plan de tratamiento varias áreas y, posiblemente, a varios profesionales que deberán trabajar en conjunto.
Dentro de los tratamientos más comunes se encuentran:
- Conductuales: busca cambiar el comportamiento al entender qué pasa antes, durante y después de dicho comportamiento.
- Del desarrollo: enfocados en mejorar algunas destrezas como la física y el lenguaje.
- Educacionales: este tipo de tratamiento se emplea en el salón de clases y se basa en que el niño llegue a su máximo potencial en consistencia y aprendizaje visual.
- Farmacológicos: aunque no existe un medicamento destinado al tratamiento del TEA, se pueden utilizar algunos para manejar los niveles de energía, la concentración o evitar el autodaño.
- Psicológicos: permiten sobrellevar la ansiedad, depresión y otros problemas relacionados a la salud mental.
- Sociorrelacionales: tienen el objetivo de mejorar las destrezas sociales y crear vínculos emocionales.
- Complementarios: dependiendo del caso, algunos niños podrán recibir tratamientos alternativos como terapia con animales o terapia artística, quiropráctica, entre otras opciones.
Consejos para cuidar a un niño o niña con autismo
Tener un hijo o hija con autismo puede ser una situación muy agobiante para los padres, pero existen algunos consejos que pueden ayudar a llevar esta situación de una manera más fácil:
- Buscar un diagnóstico profesional temprano, en caso de notar que el comportamiento o desarrollo del niño o niña es inusual o diferente al esperado.
- Cada niño dentro del espectro autista tendrá sus características particulares, por lo cual ningún tratamiento es adecuado para todos los casos. Se debe desarrollar un plan de manera individualizada.
- Lograr una intervención temprana por parte de especialistas, aumentará la posibilidad de reducir los síntomas.
- La paciencia y constancia en el cuidado de un niño con autismo puede favorecer que se genere una reciprocidad entre los padres y el pequeño.
- Es normal que el niño o niña no sea consciente de los peligros o incluso del dolor. Es importante, como padre, mantener los artículos peligrosos lejos de su alcance.
- Es importante utilizar recompensas para fomentar un buen comportamiento, aprender una nueva habilidad o comportarse de una manera adecuada.
- Un padre o madre nunca debe de asumir que su hijo es insensible o que no tiene emociones, simplemente las manifiestan de una manera diferente. Por este motivo, es importante aprender y fomentar un lenguaje de vinculación con el pequeño.
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Fuentes:
American Academy of Pediatrics, The Nemours Foundation
