Llegar al diagnóstico de hipertrofia ventricular izquierda requiere de una combinación de hallazgos clínicos, electrocardiográficos, ecocardiográficos y estudios de imagen.
Debido a que los síntomas pueden ser inespecíficos, es importante realizar estos estudios en caso de que haya sospecha clínica ya que la función de cada estudio es:
- Electrocardiograma: es una herramienta inicial para el diagnóstico y se suele recurrir al índice de Sokolow-Lyon que considera la amplitud de ondas en el electrocardiograma y puede indicar si el valor supera el límite. También existe el índice de Cornell que evalúa otras ondas y es más utilizado en pacientes de mayor edad o que viven con obesidad.
- Ecocardiograma transtorácico: estudio que permite confirmar el diagnóstico de HVI al evaluar el grosor de la pared del ventrículo izquierdo, la presencia de remodelación ventricular y el índice de masa de este mismo ventrículo.
- Resonancia magnética cardíaca: en caso de que el ecocardiograma no proporcione suficiente información, la EMC puede ayudar al permitir una medición precisa de la masa del ventrículo izquierdo.
- Otros estudios: existen diversos estudios complementarios como la radiografía de tórax que muestra signos de cardiomegalia o las pruebas de esfuerzo que permiten evaluar la repercusión funcional de la hipertrofia ventricular izquierda.
Hipertrofia ventricular izquierda tratamiento
El tratamiento a seguir dependerá de la causa de la hipertrofia, pero normalmente incluye fármacos para dilatar los vasos sanguíneos y reducir la presión arterial, bloqueadores de canales de calcio para relajar las paredes de los vasos sanguíneos, diuréticos y betabloqueadores.
En ocasiones, si la hipertrofia es consecuencia de una válvula aórtica estrecha, será necesario un procedimiento quirúrgico para corregir esa anomalía.
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