Se trata de un padecimiento neurológico de escasa incidencia que afecta a niños y adultos, caracterizado por movimientos oculares rápidos en diversas direcciones, contracciones musculares repentinas, ataxia, irritabilidad e insomnio.
El síndrome de opsoclono-mioclono, conocido también como encefalopatía de Kinsbourne, se considera una enfermedad autoinmune que puede llegar a ser aguda o crónica. Por lo regular se manifiesta durante los tres primeros años de edad, aunque también puede surgir antes, después o en la etapa adulta.
A pesar de que en muchos casos se considera una patología idiopática, las investigaciones clínicas apuntan a algunas de las siguientes causas:
- Presencia de un neuroblastoma o tumor del tejido nervioso, especialmente en niños.
- Infecciones ocasionadas por virus, como hepatitis C, influenza, mononucleosis y VIH, entre otros.
- Infecciones bacterianas como la enfermedad de Lyme, micoplama o estreptococos.