La tiña inguinal afecta principalmente la región de la ingle, muslos internos y, en algunos casos, los glúteos. En donde se presentan síntomas cutáneos que pueden ser intensamente molestos y afectar la calidad de vida de la persona que la ha desarrollado.
Suele comenzar como una erupción rojiza que se extiende en forma de un borde elevado, con el centro más claro, lo cual le da una apariencia anular típica.
La fricción, el calor y la humedad favorecen su aparición y puede agravar los síntomas; entre los que comúnmente destacan:
- Enrojecimiento en la zona inguinal y en la parte superior interna del muslo.
- Brote eruptivo con forma redondeada y circundada por ampollas de reducidas dimensiones.
- Ardor.
- Picazón.
- Descamación.
Si las erupciones cutáneas resultan dolorosas, experimentas temperatura elevada, o no ves mejoría después de 15 días de aplicación de antifúngicos, acude con tu médico para recibir tratamiento especializado oportunamente.
Prevención de la tiña inguinal
Para prevenir la tiña inguinal es fundamental identificar y controlar los factores que aumentan el riesgo de desarrollar esta infección.
Las personas con alta sudoración deben procurar mantener la piel seca y limpia, especialmente en la zona de la ingle; asimismo personas con un sistema inmunológico debilitado son más susceptibles frente a infecciones fúngicas.
Condiciones crónicas como la diabetes, el sobrepeso o la obesidad también favorecen la aparición de esta afección, debido a los pliegues cutáneos y la humedad persistente.
Se ha observado que los varones adolescentes y adultos jóvenes tienen una mayor predisposición, lo cual puede deberse a factores hormonales y el estilo de vida.
Finalmente, el uso de ropa demasiado ajustada incrementa la fricción y la humedad, creando un ambiente idóneo para el crecimiento de hongos.