Es una afección caracterizada por la falta de interés en el consumo de alimentos, la restricción de ciertos alimentos por la sensación de los mismos, o las posibles consecuencias adversas de la alimentación, lo que puede desencadenar problemas crónicos de crecimiento y desarrollo por la falta de los nutrientes necesarios en el organismo.
El trastorno por restricción de la ingesta de alimentos forma parte de los denominados trastornos de la alimentación, como la anorexia y bulimia nerviosas, el cual puede manifestarse a cualquier edad, siendo la etapa infantil la más afectada.
Síntomas: restricción de la ingesta de alimentos
- Adoptar una dieta excesivamente restrictiva.
- Acudir al baño durante las comidas.
- Aislarse socialmente.
- Baja significativa de peso.
- Debilidad.
- Deficiencias nutricionales severas.
- Dificultad para relacionarse con los demás.
- Dolor abdominal.
- Falta de apetito.
- Miedo a atragantarse o a vomitar.
- Necesidad de consumir suplementos orales para tratar de complementar la nutrición.
- Obsesión con seguir una dieta saludable y eliminar ciertos tipos de alimentos.
- Poner pretextos para no comer.
- Rechazo de ciertos alimentos por su color, forma, tamaño o textura.
- Saltarse comidas.
De no tratar a tiempo el trastorno por restricción de la ingesta de alimentos puede causar problemas graves de salud, tales como:
- Alergias alimentarias.
- Afectaciones en el sistema digestivo y en huesos.
- Autolesiones.
- Depresión.
- Insuficiencia cardiaca.
- Padecimientos gástricos.
- Pensamientos y comportamientos suicidas.
- Problemas para vincularse socialmente.
- Trastornos de alimentación.
- Trastornos obsesivo compulsivos.
Diagnóstico y tratamiento: restricción de la ingesta de alimentos
Después de que el médico especialista analice la sintomatología e historial clínico, llevará a cabo una revisión física y una serie de exámenes que le permitan corroborar el diagnóstico.
El tratamiento se establece de manera individual, es decir, acorde con los síntomas y las condiciones de salud que presenten el menor o el adulto, pero regularmente incluye psicoterapia, asesoramiento nutricional y la ingesta de algunos medicamentos para tratar la sintomatología.
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