Puntos clave:
- El nivel de alerta en un embarazo de alto riesgo es muy amplio.
- No todos los embarazos de alto riesgo son peligrosos, pero sí es necesario llevar un control de este.
- Hay embarazos de alto riesgo que se pueden predecir y otros se pueden presentar de un momento a otro.
A lo largo del embarazo, incluso, desde antes de que suceda o hasta pocos días de que finalice, se pueden presentar situaciones que conviertan a un embarazo como de alto riesgo.
Aunque el término embarazo de alto riesgo puede sonar muy alarmante en un principio, la realidad es que se trata de un concepto que se usa para hablar de un embarazo que tiene señales de alerta o cierto riesgo para el bebé y la madre, a diferencia de un embarazo convencional.
El nivel de riesgo que se puede tener es muy variable y, en algunos casos, lo que se necesitará son revisiones normales como se harían en cualquier embarazo, pero en otros, será necesario tener un monitoreo muy estrecho con los especialistas ya que puede estar en riesgo la vida del bebé o de la madre.
Existe una amplia variedad de factores que pueden desencadenar un embarazo de alto riesgo, de los cuales los más frecuentes son:
- Mujeres menores a 16 años o mayores de 35.
- Consumir productos como cigarro, alcohol u otro tipo de drogas.
- Tener un peso muy bajo o tener sobrepeso.
- Vivir con algún tipo de problema de salud como: hipertensión arterial, diabetes, desnutrición, asma, epilepsia, etc.
- Padecer algún trastorno durante el embarazo como la implantación anómala de la placenta, sufrir un sangrado agudo, tener anemia, etc.
- Desarrollar algún trastorno infeccioso complicado.
- Tener antecedente de dos o más abortos previos, un parto prematuro o que el bebé haya nacido con un peso o talla pequeña.
- Embarazos gemelares o múltiples.
- Traumatismos como accidentes, caídas o golpes.
Por todas estas variables, la principal recomendación para las mujeres es que, una vez que sepan que están embarazadas, comiencen sus revisiones con el médico obstetra. En algunos casos, los factores de riesgo ya se encuentran presentes en la madre y podrían condicionar un embarazo de alto riesgo o en otros, podrían aparecer en el transcurso de este y es importante detectarlos oportunamente.
Además de estos factores, hay otras señales a las que deberías prestar atención:
Durante el primer trimestre la amenaza de aborto y los problemas asociados a infecciones en vías urinarias o de cualquier tipo podrían elevar las alertas. Si presentas sangrado vaginal o la expulsión de abundante líquido es importante que acudas con tu ginecólogo o ginecóloga para que te revise.
A partir de la segunda mitad del embarazo, si hay dolor de cabeza intenso, sensación de cólico intenso o contracciones también son datos de alerta.
Posterior al nacimiento del bebé, es necesario que la madre continúe con sus revisiones posparto, debido a que existen muchos factores que podrían llegar a afectar su salud como la presencia de anemia o la aparición de un proceso infeccioso, entre otras.
Cada embarazo es único y el nivel de riesgo será independiente de caso en caso. Para las situaciones donde la mujer tiene un padecimiento crónico, su embarazo se podría catalogar como de alto riesgo, sin embargo, con el adecuado seguimiento existe una alta probabilidad de llevarlo sin ninguna eventualidad.
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Fuente:
Dr. Miguel Chaya Hajj – Ginecólogo y obstetra del Centro Médico ABC
Merck & Co.
