En el marco del Día de la Esclerosis Múltiple, organizado por el Centro Médico ABC, la Dra. Gloria de Lourdes Llamosa, médica neuróloga, abordó el tema sobre los estudios para el diagnóstico de la esclerosis múltiple y la manera en que el médico llegará a solicitarlos, así como su función.
Durante el camino para llegar a un diagnóstico de esclerosis múltiple, el neurólogo deberá seguir ciertos indicativos, ya que cada estudio debe realizarse al paciente correcto y no a cualquier persona.
El Instituto de Salud para el Bienestar señala que de acuerdo con datos del año 2020 publicados en el Atlas de Esclerosis Múltiple de la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple, a nivel mundial, había 2.8 millones de personas diagnosticadas con esta enfermedad, es decir, una de cada 3 mil personas tenía este padecimiento.
En primer lugar, se presenta la sospecha clínica, la cual tiene una edad típica entre los treinta y cuarenta años, aunque se puede llegar a presentar a cualquier edad.
En los inicios de la esclerosis múltiple se comienza con brotes puntuales, problemas en el ojo al ver borroso, sentir molestias o no distinguir colores, por ejemplo. Este problema puede durar un solo día y no presentar otros síntomas como fiebre, tampoco se le da alguna explicación lógica.
Una sola situación que viva una persona no conlleva a generar la sospecha de que existe esclerosis múltiple, también se deben cumplir los requisitos de tiempo y espacio. Esto quiere decir que la persona con el problema en el ojo eventualmente mejora, pero varios meses después ahora tiene un problema para caminar, que también se llega a mejorar y que, meses después, ahora surge un problema en su fuerza. Aquí los problemas se están presentando en distintos momentos, pero además en diferentes áreas del cuerpo, lo que se considera el espacio.
Cuando el neurólogo ha detectado estas características comenzará a realizar una historia clínica completa del paciente, mediante preguntas relacionadas a cada aspecto de la vida de la persona, lugar de residencia, su trabajo, enfermedades previas personales y antecedentes familiares, diagnósticos de otros médicos como el oftalmólogo o el ortopedista, etc.
Gracias a esta etapa, el neurólogo puede identificar si ha habido otros casos mucho antes del primer brote que ahora ha llamado la atención, alguna situación que se vivió años atrás, por ejemplo.
Así, mediante el uso de criterios clínicos se podrá generar la sospecha del padecimiento, con lo que el médico podrá solicitar diferentes estudios para confirmar o desechar esta idea.
Resonancia magnética
El principal estudio que se realiza es la resonancia magnética; este estudio no solamente permite dar el diagnóstico, también sirve para generar un pronóstico oportuno. Al realizar la resonancia magnética se puede detectar si hay una sola lesión o muchas más, sin importar si es el primer brote. También se podrá apreciar si estas lesiones se ubican en puntos específicos del cerebro o si se ubican en la médula espinal. Determinar todas estas situaciones permitirá llegar al tratamiento.
Una vez que se ha realizado el diagnóstico afirmativo, la resonancia magnética será una herramienta que se utilizará de manera frecuente para detectar la progresión de la enfermedad y, de ser necesario, realizar cambios en el tratamiento.
Estudio de líquido cefalorraquídeo
En el caso de que la sospecha de esclerosis múltiple no se haya podido confirmar ni descartar con la resonancia magnética. Durante esta prueba se tomará una muestra de líquido cefalorraquídeo y otra muestra de sangre. En ambas muestras se analizará la presencia de las proteínas conocidas como bandas oligoclonales; dependiendo de si hay presencia en solo una o en ambas muestras, se contará con otro criterio para el diagnóstico de este padecimiento.
A su vez, este estudio permite descartar infecciones relacionadas con efectos adversos de otros medicamentos que el paciente pudiera estar tomando.
Es importante recalcar que este estudio por sí solo no hace un diagnóstico de esclerosis múltiple, por lo cual se necesita tener un contexto clínico apropiado, lo cual conlleva ya una alta sospecha de esta enfermedad.
Potenciales evocados
Los potenciales evocados son técnicas diagnósticas que, mediante estímulos visuales, auditivos o somatosensoriales, evalúan la función del sistema sensorial. Estos estudios permiten detectar las respuestas cerebrales ante los estímulos y, en caso de haber, conocer si existe alguna interrupción en las vías nerviosas. Aunque tampoco es un diagnóstico específico para la enfermedad, el neurólogo irá sumando los resultados de los estudios para ir encaminando un diagnóstico definitivo.
Tomografía por coherencia óptica
Este aparato permite obtener datos para valorar el grosor del nervio óptico, el cual es una prolongación del sistema nervioso central. El tomógrafo permite estudiar el nervio óptico a lo largo de diferentes etapas, para compararlo y conocer si se ha adelgazado.
Estudios de laboratorio
Adicionalmente, los estudios de laboratorio generales permiten revisar la biometría hemática y la orina. Aunque ambos estudios tampoco sirven para diagnosticar la esclerosis múltiple, sí permiten diagnosticar o descartar la presencia de enfermedades similares o padecimientos inmunológicos.
En conclusión, al no existir un estudio específico que permita el diagnóstico de la esclerosis múltiple, el médico neurólogo seguirá un camino de análisis para ir descartando o confirmando síntomas que permitirán, en conjunto, llegar al diagnóstico de este paciente.
En el Centro Neurológico del Centro Médico ABC te podemos dar atención especializada ¡Contáctanos!
Fuente:
Dra. Gloria de Lourdes Llamosa – Médica neuróloga
YouTube Centro Médico ABC
Gob.mx