Se trata de una condición en la que diminutos insectos se alojan en el cuero cabelludo y se alimentan de la sangre del mismo, diseminándose fácilmente ante el contacto directo y cercano con otras personas.
Los piojos de la cabeza tienen el tamaño de una semilla de sésamo, es decir, entre dos y tres milímetros de largo. Por lo regular, son de color gris claro, aunque la coloración puede variar. Pueden encontrarse también en las cejas y las pestañas, siendo los niños los más vulnerables, sobre todo los que están en edad escolar o asisten a actividades recreativas.
Su ciclo de vida es de aproximadamente 28 días y se desarrollan en tres fases:
- Huevo o liendre.
- Ninfa.
- Piojo adulto.
Aunque el contacto directo es la manera más común de contagio, existen una serie de factores que pueden contribuir a la dispersión y contagio de piojos en la cabeza, tales como:
- Accesorios para el cabello.
- Almohadas.
- Auriculares
- Bufandas.
- Cepillos y peines.
- Sombreros.
- Toallas.
Los piojos de la cabeza pueden estar presentes entre 28 y 30 días en la cabeza de una persona, ya que sus huevecillos viven por más de dos semanas.
Es necesario aclarar que la presencia de piojos no es resultado de una falta de higiene personal o condición social. Tampoco son responsables de la transmisión de enfermedades bacterianas o virales.