En un 70% de los casos de cáncer de ovario el diagnóstico es tardío ya que varios de los síntomas de esta enfermedad como los gastrointestinales o urinarios se pueden confundir con otros padecimientos como la colitis, infecciones o indigestión, señala la Dra. Milagros Pérez Quintanilla, ginecóloga oncóloga del Centro Médico ABC.
Este padecimiento afecta generalmente a las mujeres entre los 50 y 60 años de vida y se origina por el crecimiento descontrolado de las células del ovario. Es conocida como una enfermedad silenciosa debido a que las mujeres no presentan síntomas en la etapa inicial de la enfermedad.
“En México, para el año 2015 ocurrieron 291.637 defunciones en mujeres, de las cuales el 13.9% fueron a causa de tumores malignos. Dentro de las neoplasias con el mayor número de defunciones se encuentran el cáncer de mama, cuello uterino y ovario, que en su conjunto ocasionaron 31.3% de todas las defunciones por cáncer en mujeres para este mismo año.”
La Dra. Pérez indica que generalmente el cáncer de ovario se clasifica en tres etapas:
- Etapa temprana. La enfermedad se encuentra exclusivamente en el ovario afectado.
- Etapa avanzada. La enfermedad se ha extendido más allá del ovario donde se originó, como el intestino o el útero.
- Etapa metastásica. Se ha extendido a áreas vitales del cuerpo como el hígado, los pulmones o el sistema nervioso central.
Con el cáncer de ovario no se habla de cura sino de control; el tipo de tratamiento que se seguirá dependerá de la etapa en la que se encuentre la paciente. Así, por ejemplo, durante la etapa temprana, la cirugía es la principal opción ya que se retiran los ovarios, la matriz y el peritoneo, posteriormente, se realiza un lavado de la cavidad abdominal. También se harán biopsias.
En la etapa avanzada se aplicará quimioterapia y en función a cada caso se puede valorar la cirugía.
Mientras que para la etapa metastásica únicamente se aplicará quimioterapia paliativa, sin la finalidad de curar.
¿Cómo se diagnostica el cáncer de ovario?
Al día de hoy no se ha logrado encontrar un estudio ideal o único para el diagnóstico de este padecimiento, señala la Dra. Pérez. Por lo cual se emplea un proceso conocido como estratificación de riesgo. Esto es un proceso continuo en el cual se consideran los síntomas actuales de la paciente, así como sus antecedentes médicos y familiares y, en función a cada caso, se pueden ir solicitando estudios como el ultrasonido ginecológico, el marcador tumoral CA-125 y la revisión ginecológica frecuente. Esto ayudará a estratificar a las pacientes e identificar el nivel de riesgo que tienen.
Actualmente, no se solicita algún tipo de prueba de manera anual, como en el caso del Papanicolau o la mastografía para el cáncer de mama, debido a que no hay evidencia científica que avale esto. Mientras que el marcador tumoral CA-125, sin estudios adicionales o un historial clínico, no llega a presentar un valor relevante.
Lo más importante que debe hacer cada mujer es realizarse los chequeos anuales y platicar con su médico ginecólogo a partir de los 50 años de edad para tratar de detectar esta enfermedad a tiempo. En caso de que haya antecedentes familiares de cáncer de ovario o de mama, se recomienda que las revisiones empiecen desde los 40 años.
Por otra parte, en caso de que se perciban síntomas como distensión del abdomen, inflamación, estreñimiento, entre otros síntomas, lo mejor es asistir con el médico inmediatamente para que realice los análisis pertinentes. La Dra. Pérez señala que es mejor que el médico indique que no hay este padecimiento, a dejarlo pasar creyendo que es otra cosa.
Existen diferentes factores de riesgo que se deben tomar en cuenta para diagnosticar el cáncer de ovario de manera temprana, estos incluyen: los antecedentes familiares, la ausencia de ovulación, la endometriosis que genera tres veces más riesgo que en las mujeres que no viven con endometriosis y fumar. Todos estos factores pueden elevar las posibilidades de padecer cáncer de ovario.
La Dra. Pérez explica que el 70% de los diagnósticos son tardíos, realizándose en la etapa tres, momento en el que solamente sobrevivirá el 30% de las mujeres diagnosticadas. Motivo por el cual es de vital importancia realizarse chequeos constantes para que en caso de que aparezca el cáncer de ovario, se logre realizar un diagnóstico temprano.
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Fuente:
Dra. Milagros Pérez Quintanilla – Ginecóloga oncóloga del Centro Médico ABC
Secretaría de Salud
