La esclerosis múltiple (EM) es un padecimiento que afecta el sistema nervioso central, provocando discapacidad en la mayoría de los casos que no reciben tratamiento.
Esta enfermedad se presenta cuando el sistema inmunitario ataca la mielina, protección que recubre las fibras nerviosas, resultando en que haya problemas de comunicación entre el cuerpo y el cerebro, que puede llegar a causar un deterioro permanente en las fibras nerviosas.
Para el diagnóstico de esclerosis múltiple no existen pruebas específicas, debido a lo cual se realizan análisis y pruebas para descartar otras enfermedades que pueden presentar síntomas similares, a esto se le llama diagnóstico diferencial.
Dentro de los diferentes estudios que se pueden realizar se encuentran:
- Resonancia magnética. Ayuda a revelar lesiones de esclerosis múltiple en el cerebro, en la médula espinal cervical y también en la torácica.
- Análisis de sangre. Ayuda a descartar enfermedades como trastornos sistémicos, infecciones, adicionalmente ayudan a medir los anticuerpos IgG específicos para diferenciar la neuromielitis óptica de la esclerosis múltiple.
- Pruebas de potenciales evocados. Estudio que, mediante unos estímulos visuales o eléctricos y unos electrodos, se mide la rapidez con la que se transmite información en las vías nerviosas.
- Punción lumbar. Se toma una muestra del líquido cefalorraquídeo que ayudará a indicar anomalías en los anticuerpos relacionados con la esclerosis múltiple.
Una vez que se ha logrado diagnosticar la esclerosis múltiple, se deberá seguir con el tratamiento. Es importante conocer que esta enfermedad no tiene cura y el tratamiento está enfocado en acortar la duración y disminuir la frecuencia de las exacerbaciones agudas (los ataques o brotes), aliviar los síntomas y retrasar o impedir la aparición de discapacidad, principalmente buscando que el paciente pueda caminar.
El tratamiento de la esclerosis múltiple incluye corticosteroides durante las recaídas.
También existen terapias que modifican la enfermedad (TME), conocidas como DMT por sus siglas en inglés. La elección del tipo de terapia dependerá de diferentes factores del padecimiento incluyendo la duración y gravedad.
Además de los medicamentos, existen otros tratamientos destinados a trabajar en los síntomas generados por esta enfermedad.
- Aumentar la velocidad al caminar. Existen medicamentos que ayudan a aumentar ligeramente la velocidad al caminar en algunos pacientes.
- Relajantes musculares. El paciente puede tener rigidez o espasmos musculares que llegan a ser incontrolables y dolorosos; el uso de relajantes musculares combate estos síntomas.
- Fisioterapia. Ayuda a controlar la debilidad de las piernas, así como otros problemas motores.
- Otros. Dependiendo de cada caso, se puede llegar a recetar medicamentos para combatir el insomnio, problemas de incontinencia urinaria o en los intestinos, disfunción sexual, dolor y depresión. Todo esto generado por o a raíz de la esclerosis múltiple.
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Fuentes
Mayo Clinic
MedlinePlus
MSDManuals
