Los adenomas suprarrenales benignos suelen ser tumores asintomáticos que se descubren de forma incidental durante estudios de imagen realizados por otros motivos, por lo que se les conoce como “incidentalomas”. Pero en caso de que sean funcionales, esto quiere decir que producen hormonas en exceso, pueden generar síntomas específicos en función a la hormona que se vea afectada.
Por ejemplo, en caso de secretar cortisol, pueden causar síndrome de Cushing con síntomas como aumento de peso centrado en el tronco, cara redonda, debilidad muscular o piel fina; si producen aldosterona pueden presentarse con hipertensión arterial de difícil control, debilidad, calambres y niveles bajos de potasio.
Aunque es raro, si llegan a secretar andrógenos o estrógenos, pueden provocar signos de virilización o feminización, respectivamente.
Por otro lado, los adenomas malignos, como el carcinoma suprarrenal, tienden a causar síntomas más evidentes y agresivos. Este tipo de tumores pueden también ser funcionales, pero lo más característico es su crecimiento rápido, pérdida de peso inexplicable y malestar general.
En este tipo de tumoración maligna, la producción hormonal suele ser mixta y desordenada, lo que complica el cuadro clínico con múltiples síntomas endocrinos superpuestos.
En etapas ya avanzadas, pueden presentarse síntomas relacionados con metástasis como dolor óseo o síntomas respiratorios.