Se trata de defectos cardiacos presentes al nacer que alteran la morfología y fisiología de la válvula mitral, la cual se encuentra situada entre la aurícula izquierda y el ventrículo izquierdo, teniendo la función de regular el flujo sanguíneo en esa área del corazón.
Entre las anomalías congénitas de la válvula mitral más frecuentes, se incluyen:
- Engrosamiento o rigidez de las valvas.
- Deformación de valvas.
- Fusión de valvas.
- Afectaciones en las cuerdas de soporte de la válvula.
- Defectos tisulares o musculares en la zona contigua a la válvula mitral.
- Válvula con orificio doble.
Dichas anomalías ocasionan tres tipos de padecimientos de la válvula mitral:
Prolapso de la válvula mitral:
Una o ambas valvas son más grandes, impidiendo el cierre correcto, por lo que presentan hundimiento o abombamiento en dirección a la aurícula izquierda.
Síntomas:
- Dolor pectoral.
- Aliento escaso.
- Fatiga.
- Arritmia.
- Ataques de tos.
- Taquicardia.
- Problemas para respirar después de actividad física.
Estenosis de la válvula mitral:
Al volverse rígidas las valvas, se produce un estrechamiento u obstrucción en la válvula mitral reduciendo el flujo sanguíneo de la aurícula izquierda al ventrículo izquierdo, promoviendo acumulacion de sangre en la aurícula izquierda.
Síntomas:
- Problemas para respirar.
- Fatiga.
- Ataques de tos.
- Pecho adolorido.
- Infecciones respiratorias recurrentes.
- Arritmia.
- Edema en las extremidades inferiores.
Regurgitación de la válvula mitral:
La válvula permite el reflujo sanguíneo en dirección de la aurícula izquierda, ocasionando con el paso del tiempo hipertensión pulmonar o agrandamiento del corazón.