Después de analizar tu sintomatología y hacerte un examen físico para ver de dónde viene el dolor y si se trata de una apendicitis, tu médico te solicitará un estudio de sangre y de orina para valorar una posible infección, te realizará una radiografía, ecografía, tomografía o resonancia magnética, para observar el estado del apéndice y confirmar el diagnóstico.
El tratamiento indicado para la apendicitis es la apendicectomía, es decir, la remoción quirúrgica del apéndice, procedimiento que puede llevarse a cabo con cirugía abierta o por laparoscopía. Actualmente, esta última es la más aceptada por las ventajas de que se realiza a través de unas pequeñas incisiones, lo que ayuda a la recuperación y a sufrir menos dolor posoperatorio. Sin embargo, no siempre se puede realizar la cirugía laparoscópica, ya que que si hubo un absceso o el apéndice reventó, será necesaria la cirugía abierta para poder limpiar perfectamente el abdomen infectado.
Después del procedimiento:
La recuperación después de una apendicectomía, te llevará varias semanas o incluso más de un mes si tu apéndice reventó o tuviste un absceso. Por esta razón, es importante que sigas estas recomendaciones que te ayudarán a reponerte más rápido y a evitar retrasos en tu recuperación:
- Limita tus movimientos y actividades: si tu procedimiento fue laparoscópico, guarda reposo durante una semana; si fue una cirugía abierta, espera dos semanas. Tu médico te indicará la manera en que podrás empezar a realizar tus actividades dosificando tu esfuerzo.
- Precauciones al toser o realizar movimientos: presiona tu abdomen con un cojín o almohadilla para prevenir dolor o complicaciones en la herida.
- Muévete cuando lo indique tu médico: al tener luz verde de tu médico, levántate de la cama, realiza movimientos y camina un poco. Podrás ir aumentando la actividad progresivamente.
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