La artritis séptica en bebés puede manifestarse con síntomas poco específicos, esto dificulta su detección temprana. Los lactantes suelen presentar fiebre, irritabilidad, rechazo al movimiento del miembro afectado y llanto intenso a la hora de manipular la articulación. Es posible que se observe inflamación o aumento de volumen en la zona, pero no siempre es evidente, esto puede retrasar el diagnóstico.
En niños los síntomas suelen ser más claros como fiebre alta, dolor intenso en la articulación, cojera o negativa a caminar si la cadera o rodilla se están viendo afectadas; también puede haber enrojecimiento y calor local. Los pequeños pueden presentar disminución en la movilidad y posturas anormales para evitar el dolor, lo que puede confundirse con traumatismos o enfermedades reumatológicas.
En los adultos la artritis séptica generalmente se presenta con dolor súbito e intenso en una sola articulación, así como inflamación evidente, enrojecimiento, calor y limitación marcada del movimiento. Esto se acompaña de fiebre, escalofríos y malestar general. Mientras que, en los adultos mayores o inmunocomprometidas, los síntomas pueden ser más sutiles como fiebre ausente o leve, esto incrementa el riesgo de complicaciones si no se atiende a tiempo.