El diagnóstico de la artritis séptica de hombro se basa en la historia clínica, junto con exploración física y estudios complementarios.
Aquí la aspiración articular es el procedimiento clave al obtener líquido sinovial para su análisis, lo que permite identificar las bacterias mediante la tinción de Gram y cultivo. En caso positivo, el líquido suele mostrar características inflamatorias intensas como aumento de leucocitos y aspecto turbio.
Adicionalmente se apoya el diagnóstico con estudios de imagen como la ecografía o la resonancia magnética para detectar derrame articular, la presencia de inflamación de tejidos blandos o, incluso, daño óseo asociado.
Los análisis de sangre, como proteína C reactiva y velocidad de sedimentación globular, suelen estar elevados y ayudan a confirmar el proceso infeccioso, aunque no son específicos.
Llegar al diagnóstico temprano es crucial para evitar complicaciones irreversibles.