Se trata de un padecimiento de orden mental que consiste en episodios de temor infundados de gran intensidad que generan sintomatología física diversa, a pesar de que no hay una causa real que los motive.
El miedo que puedes sentir durante un ataque de pánico es desmedido, por lo que aparece una total pérdida de control mental y sobrevienen síntomas físicos tan serios que puedes llegar a sentir que estás muriendo, aunque no sea así, por lo que merman significativamente tu calidad de vida.
Nadie está exento de sufrir un ataque de pánico ante alguna situación de estrés extremo, pero cuando los ataques se tornan recurrentes e incluso temes que reaparezcan, nos encontramos ante una patología denominada trastorno de pánico.
Entre los riesgos potenciales de padecer este trastorno se encuentran:
- Familiares que padezcan ataques de pánico.
- Estrés intenso.
- Eventos traumáticos.
- Tabaquismo.
- Alcoholismo.
- Drogadicción.