Es una anomalía cardiaca congénita grave, en la que la válvula pulmonar tiene un defecto morfológico que impide que el flujo sanguíneo vaya del corazón a los pulmones, donde la sangre se nutre de oxígeno, obligando a utilizar otras vías arteriales naturales que durante la gestación llevaban sangre a los pulmones, las cuales, normalmente, se cierran antes del nacimiento, pero ante la necesidad, permanecen abiertas en el bebé afectado con atresia pulmonar, el cual presenta una tonalidad azulada en la piel al no recibir el oxígeno necesario.
Existen dos tipos de atresia pulmonar:
- Con comunicación interventricular.
- Con septo ventricular intacto.
Al ser un padecimiento de gravedad, si no se recibe tratamiento, la atresia pulmonar es mortal, ya que puede desencadenar complicaciones como:
- Endocarditis infecciosa.
- Arritmias.
- Insuficiencia cardiaca.
Si bien, el origen de la atresia pulmonar no está claro, se han identificado una serie de riesgos potenciales que incrementan las posibilidades de desarrollar esta anomalía, entre ellos:
- Padre o madre con cardiopatía congénita.
- Madre obesa.
- Consumo de tabaco o alcohol durante la gestación.
- Diabetes.
- Ciertos fármacos.