El diagnóstico de la esplenomegalia es amplio y requiere de un enfoque clínico sistemático, debido a las múltiples causas que pueden provocar esto.
Una de las primeras distinciones que se debe hacer entre esplenomegalia verdadera, donde el aumento es real, y esplenomegalia palpable, en donde el bazo se puede palpar a mano significa que está agrandado, sin aumento del tamaño real, como puede ocurrir en pacientes delgados o con ptosis esplénica.
La historia clínica detallada, los antecedentes personales y familiares, así como la exploración física pueden orientar al especialista hacia una causa probable.
Pero los estudios de laboratorio y de imagen son fundamentales para precisar el diagnóstico. La evaluación diagnóstica debe incluir estudios de sangre completos, pruebas serológicas, estudios de función hepática y pruebas específicas en función a la sospecha clínica.
Mientras que las técnicas de imagen incluyen el ultrasonido abdominal y la tomografía computarizada, estas ayudan a confirmar el tamaño esplénico y detectar lesiones focales o signos de hipertensión portal.
En ciertos casos es posible requerir una biopsia o aspirado de médula ósea para descartar enfermedades hematológicas malignas.