El bocio suele detectarse en un examen físico al observar y tocar el abultamiento en el cuello. Tu médico te solicitará estudios de diagnóstico que le permitan conocer las razones de tu padecimiento y en qué fase se encuentra, entre ellas:
- Estudios de sangre para saber si tu glándula tiroides es hiperactiva o hipoactiva.
- Gammagrafía tiroidal.
- Pruebas de anticuerpos para detectar enfermedad de Hashimoto u otras anomalías.
- Ecografía para observar el tamaño de la tiroides y constatar la presencia de nódulos.
- Tomografía computarizada o resonancia magnética del cuello para examinar la tráquea.
Si lo considera necesario solicitará también una biopsia de la glándula tiroides para su estudio.
El tratamiento a seguir dependerá de la causa que origine el bocio, su tamaño y la sintomatología. Puedes requerir medicamentos para la tiroides hiperactiva o hipoactiva, así como yodo radiactivo que permita reducir su tamaño.
Los bocios de menor tamaño o con nódulos reducidos, requieren solo supervisión periódica.
En ocasiones cuando se detectan nódulos, cáncer o bocio de gran tamaño que genera problemas respiratorios o de deglución, se requiere cirugía para extirpar la glándula tiroides,
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