¿Qué es la colestasis intrahepática del embarazo?

La colestasis intrahepática del embarazo, también conocida como colestasis del embarazo, es un trastorno hepático que se presenta casi siempre en el tercer trimestre. Se caracteriza por una alteración en el flujo normal de la bilis, lo que provoca que esta sustancia se acumule en el hígado y pase a la sangre. Esta acumulación genera síntomas muy molestos, como comezón intensa sin lesiones en la piel, y puede representar riesgos importantes tanto para la madre como para el bebé.

Si bien esta condición suele resolverse después del parto, requiere un diagnóstico oportuno y vigilancia estrecha debido a las complicaciones fetales que puede provocar. Por ello es fundamental conocer qué es la colestasis intrahepática del embarazo, sus causas, síntomas y las opciones actuales de tratamiento.

¿Qué causa la colestasis intrahepática del embarazo?

La colestasis intrahepática del embarazo ocurre cuando el flujo de bilis, es el líquido producido por el hígado para ayudar a digerir grasas y eliminar toxinas, que se vuelve lento o se detiene. Al no poder circular de manera adecuada, la bilis se acumula en el hígado y parte de ella pasa al torrente sanguíneo, originando síntomas como comezón y malestar digestivo.

Aunque no se conoce una causa única, se ha observado que intervienen tres principales factores:

• Cambios hormonales: durante la gestación, especialmente conforme se acerca la fecha probable de parto, los niveles de estrógeno y progesterona aumentan significativamente. Estas hormonas pueden alterar la función normal del hígado, dificultando la circulación de la bilis. Este mecanismo explica por qué la colestasis aparece con mayor frecuencia en el tercer trimestre.
• Predisposición genética: existe un componente hereditario importante. Las mujeres con familiares directos que tuvieron colestasis en el embarazo tienen un mayor riesgo de desarrollarla. También se ha observado mayor incidencia en ciertos grupos étnicos.
• Factores ambientales y médicos:
  • Embarazo múltiple.
  • Antecedentes de enfermedad hepática.
  • Uso previo de anticonceptivos hormonales que hayan provocado ictericia.
  • Alteraciones en los conductos biliares.
  • Dietas muy ricas en grasas o disfunciones metabólicas.

¿Cuál es la causa más común de colestasis intrahepática?

La causa más frecuente es el aumento de hormonas del embarazo, principalmente estrógeno. Este incremento natural altera la capacidad del hígado para manejar el flujo de bilis, provocando el síndrome colestásico característico. Por esta razón, la colestasis suele iniciar durante el tercer trimestre, etapa en la que también es más común experimentar otros síntomas digestivos como vómito amarillo en el embarazo, reflujo y malestar abdominal.

Sin embargo, aunque las hormonas son el detonante principal, la condición suele aparecer en mujeres que ya tienen susceptibilidad genética o antecedentes hepáticos.

Síntomas de colestasis

Los síntomas pueden variar en intensidad, pero el más característico es la comezón intensa, conocida médicamente como prurito colestásico. A continuación, los signos más comunes:

Comezón intensa sin ronchas

Generalmente se presenta en palmas de las manos y plantas de los pies, aunque puede abarcar otras zonas del cuerpo. Suele empeorar durante la noche e interfiere con el sueño.

Coloración amarillenta de piel y ojos (ictericia)

Ocurre cuando la bilirrubina aumenta en la sangre debido a la alteración del flujo biliar.

Heces claras y orina oscura

Cambios que reflejan alteraciones en la eliminación de bilis.

Malestares digestivos:

• Náuseas.
• Dolor abdominal.
• Falta de apetito.
• Fatiga.

En algunos casos, vómito amarillo, relacionado con la expulsión de bilis cuando el estómago está vacío.

Alteraciones emocionales

La comezón intensa y la falta de descanso pueden causar irritabilidad o síntomas depresivos.

Estos signos también pueden confundirse con otras condiciones como problemas de la vesícula, hígado graso o efectos de medicamentos. Por ello es importante no automedicarse con medicamentos para la vesícula sin supervisión médica, ya que muchos no son seguros durante el embarazo.

Colestasis del embarazo diagnóstico

Para diagnosticar la colestasis intrahepática del embarazo, el ginecólogo evalúa la combinación de síntomas, antecedentes familiares y estudios de laboratorio.

• Historia clínica y examen físico: incluye revisión detallada de síntomas, intensidad del prurito, semana gestacional, color de piel, orina y heces.
• Pruebas de sangre: son esenciales para confirmar el diagnóstico:
  • Niveles de sales biliares: el aumento de ácidos biliares en sangre es el principal indicador de colestasis.
  • Pruebas de función hepática: se evalúan enzimas como AST, ALT y bilirrubina.
• Ecografía hepática y de vías biliares: ayuda a descartar otras causas de ictericia o dolor abdominal, como cálculos biliares o inflamaciones que puedan producir un síndrome colestásico similar.

En ocasiones, el flujo vaginal abundante durante el tercer trimestre puede alarmar a la paciente, pero el flujo blanco en el embarazo del tercer trimestre es común y no está relacionado con la colestasis. Sin embargo, cualquier cambio debe ser valorado por el médico.

Tratamiento para colestasis

El tratamiento está dirigido a reducir los síntomas y evitar complicaciones fetales. La estrategia se adapta a la etapa del embarazo y al estado de la madre y del bebé.

Tratamientos recetados, permiten reducir los niveles de bilis en la sangre y aliviar la comezón, otros ayudan temporalmente con el prurito o para prevenir deficiencias de vitamina K que pueden resultar en sangrado. Es importante evitar medicamentos sin receta para la vesícula o remedios caseros, ya que pueden afectar el hígado o pasar al bebé.

Medidas físicas como baños con agua fría, compresas de hielo y uso de ropa ligera. Estas medidas alivian la comezón, aunque no resuelven la causa.

La vigilancia fetal es esencial, e incluye perfil biofísico, pruebas sin estrés, monitoreo del crecimiento y bienestar fetal, y medición periódica de los niveles de bilis.

También es importante la planificación del parto, cuando los niveles de ácidos biliares son muy altos o los síntomas empeoran, se puede recomendar un parto anticipado (entre las semanas 36–38) para disminuir el riesgo de complicaciones fetales graves.

¿Qué le pasa al bebé si la madre tiene colestasis?

Aunque muchas mujeres con colestasis tienen bebés sanos, esta condición sí incrementa ciertos riesgos.

• Parto prematuro: la acumulación excesiva de bilis puede estimular el útero y adelantar el trabajo de parto.
• Dificultades respiratorias: los bebés prematuros o expuestos a altos niveles de bilis pueden presentar problemas respiratorios al nacer.
• Muerte fetal intrauterina: es la complicación más grave, aunque poco común cuando existe vigilancia adecuada. El riesgo aumenta cuando los niveles de sales biliares son muy elevados.
• Bajo peso al nacer: la alteración hepática materna puede afectar el bienestar y crecimiento fetal.

Por estas razones, el monitoreo del bebé es fundamental desde el momento del diagnóstico.

¿Es posible tener un embarazo saludable con colestasis?

Sí, es totalmente posible. Con diagnóstico oportuno, monitoreo constante y tratamiento adecuado, la mayoría de las mujeres logra un embarazo seguro y un parto sin complicaciones.

Claves para lograrlo:

• Informar al médico desde el inicio si hay antecedentes familiares de colestasis.
• Evitar automedicarse, especialmente con remedios o medicamentos para la vesícula.
• Acudir de inmediato si aparece comezón intensa, ictericia o orina muy oscura.
• Mantener seguimiento estricto con pruebas de bilis y estudios del bienestar fetal.
• Seguir las recomendaciones médicas respecto al momento ideal del parto.

Tras el nacimiento del bebé, la colestasis suele desaparecer por completo en pocos días o semanas, ya que las hormonas regresan a sus niveles normales.

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