Como su nombre lo indica, se trata de un episodio convulsivo caracterizado por temblores y producido por un evento de fiebre provocado principalmente por un proceso infeccioso en infantes que gozan de buena salud y sin antecedentes de índole neurológica.
Normalmente, las convulsiones febriles, aunque pueden ser impresionantes para los padres, son inocuas, de corta duración y no representan un signo de alguna patología seria.
Las causas más comunes de las convulsiones febriles son:
- Infecciones virales y bacterianas.
- Reacción a la aplicación de vacunas.
Las convulsiones febriles no suelen tener consecuencia alguna y no son una señal de epilepsia, debido a que se trata de convulsiones provocadas y no obedecen a señales eléctricas cerebrales anómalas como sucede con los episodios epilépticos.
Clasificación de las convulsiones febriles:
- Simples:
Son las más frecuentes y presentan una duración de 20 segundos a 18 minutos. Suelen ocurrir una sola vez en un día.
- Complejas:
Resulta menos comunes y sobrepasan los 18 minutos de duración, además de que pueden aparecer varias veces en un solo día.