La espina bífida suele detectarse mediante pruebas de sangre de la madre y una ecografía fetal que permite identificar los signos de espina bífida, como una columna abierta o características particulares en el cerebro del bebé.
El tratamiento a seguir dependerá de la seriedad de la anomalía, pero es probable que se requiera una cirugía prenatal o fetal, la cual se lleva a cabo antes de la semana 25 de gestación, ya sea a través de una cirugía abierta del útero para corregir la médula espinal del bebé o con un fetoscopio para hacerla menos invasiva.
Después del nacimiento, la cirugía es recomendable para prevenir infecciones, mejorar los síntomas del padecimiento reparando o cerrando la lesión, tratar la hidrocefalia, afecciones ortopédicas o problemas intestinales y de la vejiga.
En el Centro de Pediatría brindamos cuidado especializado a los pequeños pacientes desde el momento de su nacimiento hasta que se convierten en adultos, a través de nuestros servicios de atención pediátrica, oncología, neurología y cardiología al nivel de los mejores centros médicos del mundo.