Se trata de la inflamación de la faringe debido a un proceso infeccioso de origen viral o bacteriano, pudiendo ser aguda o crónica, provocando garganta adolorida, jaqueca, temperatura elevada, inflamación de ganglios linfáticos, irritación y problemas de deglución.
La faringe se encuentra entre las amígdalas y la laringe. Su manifestación inflamatoria en su variante aguda, suele durar semana y media; mientras que la faringitis crónica incide en pacientes con tejido faríngeo y mucosa débil o en quienes regularmente presentan un sistema inmunológico deprimido por enfermedad o por tratamientos médicos.
La época de mayor prevalencia es el invierno, debido a que el clima frío propicia gripes e infecciones respiratorias diversas, provocando contagios en casa y fuera de ella.
La bacteria más común que provoca faringitis es el estreptococo pyogenes, algunos hongos, virus como el del herpes simple e influenza, o puede originarse por reacciones alérgicas a contaminantes, fármacos o alimentos; siendo también el humo del tabaco otra de las posibles causas.