Una vez que tu médico analice tu sintomatología e historial clínico, te realizará una revisión física, que incluye un examen de la zona anal. Si lo considera necesario, te solicitará estudios adicionales para corroborar la causa de tu fisura anal, entre ellos:
- Anoscopia.
- Biopsia.
- Colonoscopia.
- Sigmoidoscopia.
El plan de tratamiento se establecerá en función de la severidad de la sintomatología, pero en todos los casos, buscará suprimir los factores que la originan.
La mayoría de las fisuras anales mejoran con una dieta rica en fibra, aumentando el consumo de líquidos, baños de asiento calientes, y medicamentos como nitroglicerina, cremas anestésicas, inyecciones de botox y fármacos para la presión arterial.
Si la fisura anal es crónica, es posible que requieras una intervención quirúrgica para remover una mínima parte muscular del esfínter anal, lo que disminuirá los procesos espasmódicos dolorosos, contribuyendo a la reparación de la fisura.
Es importante considerar que al experimentar una fisura anal es probable que vuelvas a a tenerla en el futuro.
Medidas de prevención:
- Consume alimentos ricos en fibra (frutas, verduras y granos).
- Ingiere abundantes líquidos.
- Ejercítate regularmente.
- Abandona el consumo de tabaco, alcohol y drogas.
En el Departamento de Medicina Interna del Centro Médico ABC te brindamos servicios de atención médica con la más alta calidad y seguridad, desde la prevención, diagnóstico, tratamiento oportuno y seguimiento de patologías infecciosas, respiratorias, endocrinológicas, dermatológicas, reumáticas, nefrológicas, gastrointestinales, y hematológicas, tanto de padecimientos crónico-degenerativos como de cuadros agudos, mediante un modelo integral y multidisciplinario.