El tratamiento de la gastritis erosiva tiene como objetivo tanto aliviar los síntomas, como promover la curación de la mucosa gástrica que se ha dañado y prevenir complicaciones, por ejemplo, las úlceras profundas o las hemorragias; para lograr esto se incluyen medidas farmacológicas y cambios en el estilo de vida.
Se recomienda suspender o reducir el uso de sustancias irritantes del estómago como los antiinflamatorios no esteroideos, el alcohol, tabaco o alimentos muy condimentados o grasosos.
En caso de los pacientes que presenten gastritis inducida por estrés o enfermedades críticas, es importante tratar la causa subyacente.
Mientras que dentro del tratamiento farmacológico se pueden emplear inhibidores de la bomba de protones para reducir la producción de ácido gástrico y favorecer la cicatrización de las erosiones.
También, en algunos casos, se pueden requerir bloqueadores H2, antiácidos o agentes citoprotectores.
En caso de que se haya identificado una infección por Helicobacter pylori, debe administrarse terapia erradicadora.
Por último, en casos de mayor gravedad, donde haya sangrado activo o úlceras profundas, puede ser necesario realizar procedimientos más invasivos como la endoscopia.
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