Es una afección en la que se presentan súbitamente en las articulaciones crisis agudas de dolor, inflamación, enrojecimiento y calor, normalmente en los dedos de los pies, aunque puede afectar otras zonas y articulaciones diversas.
Cualquier persona puede padecerla, aunque es más común en los varones, ya que sus niveles de ácido úrico son mayores a los de las mujeres, siendo la acumulación de los cristales de urato lo que provoca el dolor e inflamación articular característicos de la gota.
Tener niveles elevados de ácido úrico en la sangre genera la formación de cristales de urato, los cuales, al acumularse en las articulaciones producen el dolor e inflamación gotosos.
El ácido úrico es creado por tu organismo como una reacción a la descomposición de las purinas, sustancias naturales del cuerpo que también se encuentran en algunos alimentos como carnes, pescado, vino, y cerveza, entre otros; provocando un exceso de estas sustancias que los riñones no son capaces de procesar, dando lugar a la formación de cristales cortantes que al acumularse en las articulaciones causan un ataque de gota.
Se trata de una enfermedad crónica que, sin embargo, puede controlarse a través de reducir la sintomatología y previniendo los ataques.