¿Qué es Herpes labial?

Se trata de una infección común ocasionada por el virus del herpes simple que se manifiesta a través de manchas compuestas por ampollas pequeñas que se forman en la zona circundante de la boca y los labios. Al reventar las ampollas, aparecen costras que tardan en caerse. El brote de herpes labial suele durar menos de 20 días. 

Se transmite de una persona a otra por contacto directo, pues la persona puede estar infectada antes de que los síntomas se manifiesten.

La infección por herpes labial, también conocido como febril, puede ser por dos tipos de herpes:

• Simple tipo 1: es el más común. 
• Simple tipo 2: es el herpes genital, que puede aparecer en la boca al practicar sexo oral.

Ambos pueden aparecer en la boca o los genitales a través de un contacto íntimo (besos, sexo oral) o por utensilios de higiene personal.

Todos estamos en riesgo de padecer herpes labial, de hecho, la mayoría de nosotros ya tenemos el virus aunque nunca se manifieste, pero la incidencia es mayor cuando nuestro sistema inmunológico está débil por alguna enfermedad crónica o ciertos fármacos, tales como:

• SIDA.
• Eccema.
• Quimioterapias.
• Fármacos para tratar padecimientos autoinmunes. 

La sintomatología es variable y depende de si se trata de un brote inicial o de uno recurrente, el cual suele ser menos severo cada vez. 

• Ardor, comezón y hormigueo en las ampollas. 
• Jaqueca.
• Molestia en las encías.
• Dolor muscular.
• Temperatura elevada.
• Inflamación de ganglios.
• Garganta adolorida.
• Secreción y costras.

Debido a que el virus del herpes no puede eliminarse, sino que está latente, puede resurgir por:

• Anomalías hormonales.
• Bajas en el sistema inmunológico.
• Cansancio.
• Estrés.
• Fiebre.
• Infecciones virales.
• Lesiones cutáneas.

Después de analizar tu sintomatología y hacerte el examen físico correspondiente, tu médico te indicará el tratamiento a seguir, el cual suele consistir principalmente en cremas y pomadas tópicas, aunque también puede indicarte algún medicamento antiviral oral. 

En el caso de que tu infección sea grave, es posible que los antivirales se te administren por vía intramuscular. 

Un tratamiento oportuno puede ayudar a disminuir las molestias de las ampollas y otros síntomas. Sin embargo, una vez que te has infectado, el virus permanecerá latente en tu organismo de por vida y puede resurgir en cualquier momento. 

Cuando los brotes son recurrentes, tu médico te indicará el tratamiento que ayude a disminuir su aparición, intensidad y duración.

Si padeces herpes labial, es importante que lleves a cabo las siguientes medidas preventivas para evitar contagiar a otra persona o que el virus se disemine a otras partes del cuerpo:

• Realiza higiene de manos de manera frecuente.
• Abstente de besar o tener contacto con otras personas hasta que hayas sanado.
• No compartas artículos de higiene personal.

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