Se trata de un padecimiento benigno en el que las células que cubren los conductos o las glándulas mamarias empiezan a crecer de manera excesiva, lo que puede llegar a evolucionar a un cáncer de mama.
Es importante recordar que la mama tiene conductos y lobulillos. Los primeros son tubos pequeños que transportan la leche materna a los pezones, mientras que los segundos son sacos que producen la leche materna. En el caso de la hiperplasia atípica hay un exceso de células en los conductos o lobulillos mamarios.
A la hiperplasia atípica de la mama también se le conoce como hiperplasia epitelial o enfermedad mamaria proliferativa. Se le clasifica en función del aspecto de las células, cantidad, tamaño, forma y crecimiento, como:
- Ductal atípica: en el que las células anómalas se forman dentro de los lóbulos mamarios.
- Lobular atípica: en el que las células anómalas se desarrollan dentro de los conductos de la mama.
A pesar de que se desconocen las causas de la hiperplasia atípica, los estudios clínicos señalan como posibles desencadenantes a los siguientes:
- Antecedentes familiares.
- Edad, entre más joven mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama.
- Estado general de salud.