El término hipertensión secundaria hace referencia a cuando la presión arterial alta o hipertensión arterial es ocasionada por la presencia de patologías renales, cardíacas o endocrinas, aunque también puede desarrollarse durante el embarazo.
Existen múltiples condiciones que pueden desencadenar su desarrollo como:
- Aldosteronismo.
- Apnea del sueño.
- Colesterol elevado.
- Padecimientos tiroideos.
- Enfermedad renal poliquística.
- Enfermedad glomerular.
- Estrechamiento aórtico.
- Feocromocitoma.
- Hiperparatiroidismo.
- Hipertensión renovascular.
- Medicamentos y suplementos.
- Nefropatía diabética.
- Obesidad.
- Síndrome de Cushing.
Hipertensión primaria y secundaria
La hipertensión secundaria tiene una causa identificable y tratable, a diferencia de la hipertensión primaria o esencial, la cual no tiene un origen claro y suele desarrollarse de manera gradual.
En la hipertensión secundaria el aumento de la presión arterial es a consecuencia de otras condiciones y representa un porcentaje menor de los casos de hipertensión, pero es crucial que se detecte porque al tratarse la causa subyacente, la presión arterial puede volver a normalizarse o mejorarse de manera significativa.
En el contexto de la hipertensión secundaria, el diagnóstico oportuno es crucial ya que en muchos casos afecta a personas jóvenes, presenta valores tensionales muy altos o no genera una respuesta adecuada a los tratamientos convencionales, ante lo cual es importante reconocer las señales de alerta.