Una vez que tu médico analice tu sintomatología e historial clínico, te realizará una revisión física para observar el aumento de tamaño de las extremidades, lo que puede confirmar el diagnóstico, pero también puede solicitarte pruebas diagnósticas, como ecografía, linfoscintigrafía, resonancia magnética y tomografía computarizada.
A pesar de que el linfedema no tiene cura y puede ser muy molesto para quien lo padece, el tratamiento buscará reducir la inflamación y que se desarrolle alguna complicación a través de antibióticos, ejercicios, masajes de drenaje linfático, prendas y medias de compresión, así como mantener un cuidado extremo de la piel.
Si lo considera necesario, se puede requerir tratamiento quirúrgico para:
- Crear nuevas vías de drenaje.
- Retirar el tejido fibroso.
- Trasplante de ganglios linfáticos.
En el Departamento de Medicina Interna del Centro Médico ABC te brindamos servicios de atención médica con la más alta calidad y seguridad, desde la prevención, diagnóstico, tratamiento oportuno y seguimiento de patologías infecciosas, respiratorias, endocrinológicas, dermatológicas, reumáticas, nefrológicas, gastrointestinales, y hematológicas, tanto de padecimientos crónico-degenerativos como de cuadros agudos, mediante un modelo integral y multidisciplinario.