Una vez que el médico analice tu sintomatología e historial clínico, llevará a cabo un examen físico y te practicará una serie de estudios para descartar otros padecimientos y confirmar el diagnóstico, tales como:
- Análisis sanguíneos.
- Biopsia de piel.
- Resonancia magnética.
- Tomografía computarizada.
El tratamiento a seguir dependerá del tipo de linfoma cutáneo de células T que padezcas, el grado de avance y tus condiciones generales de salud, pero, por lo general, incluye:
- Cremas, geles y ungüentos.
- Corticosteroides.
- Retinoides.
- Fototerapia.
- Inmunoterapia.
- Quimioterapia.
- Radioterapia.
- Trasplante de médula ósea.
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