Se trata de un padecimiento neurológico en el que las venas cerebrales son más grandes de lo normal y no se han desarrollado adecuadamente. Por lo general, no se presentan síntomas ni modificaciones en el funcionamiento de dichas venas.
Las malformaciones venosas intracraneales, llamadas también anomalías vasculares, son las más comunes. Se desconoce qué las causa, pero los estudios clínicos apuntan a cuestiones genéticas. La mayoría de las personas nace con ellas, pero se pueden desarrollar con los años.
Se manifiestan en cualquier parte del organismo, siendo el cerebro y la médula espinal los sitios más comunes.
Las malformaciones venosas intracraneales, al no presentar síntomas, suelen detectarse después de realizarse estudios neurológicos por otro tipo de enfermedades. Pueden surgir a cualquier edad, pero, por lo regular aparecen entre los 10 y 40 años, pudiendo, con el paso del tiempo, dañar el tejido cerebral.