Además de la revisión física, el pediatra puede solicitarte otros estudios de tu hijo, tales como:
- Electromiografía para conocer el funcionamiento de los músculos y los nervios.
- Estudio de la marcha con el fin de valorar los movimientos que realiza tu hijo al caminar.
- Exámenes neurológicos con el fin de detectar afecciones en el cerebro o la médula espinal, sobre todo si se sospecha que el menor sufre de autismo o parálisis cerebral.
En ocasiones, puede ser necesario que un médico ortopedista revise a tu hijo para valorar si existe algún problema que afecte las articulaciones y los huesos.
Si tu hijo marcha de puntillas por costumbre, puede no requerir tratamiento, ya que con el tiempo, dejará de hacerlo.
En caso de que esta conducta se deba a una causa física, el tratamiento puede incluir:
- Terapia física y rehabilitación.
- Aparatos ortopédicos o férulas en las piernas.
- Yesos debajo de la rodilla.
- Inyecciones en los músculos de la pantorrilla que ayuden a caminar de manera normal.
Si lo anterior no funciona, el médico puede sugerir una cirugía que permita alargar los músculos o tendones de la parte posterior de la pierna.
Para evitar esta conducta, es recomendable que los bebés caminen descalzos en diferentes superficies para ayudarlos a estimular sus pies, jueguen con ellos y realicemos estiramientos del tendón de Aquilés.
Cuando la marcha de puntillas se debe a la presencia de una enfermedad, como autismo, distrofia muscular o parálisis cerebral, el tratamiento consiste en atender la causa raíz.
En el Centro de Pediatría brindamos cuidado especializado a los pequeños pacientes desde el momento de su nacimiento hasta que se convierten en adultos, a través de nuestros servicios de atención pediátrica, oncología, neurología y cardiología al nivel de los mejores centros médicos del mundo.