Se trata de un trastorno en el que el paciente se percibe a sí mismo a través de una interpretación desenfocada que le genera angustia, ansiedad, depresión y una serie de síntomas físicos de diversa índole de origen somático.
Los individuos con neurosis histérica sufren de frustración y victimismo recurrentes, siempre exagerando los aspectos negativos de su vida y preocupándose de manera enfermiza por todo tipo de temas, obsesionados por cosas fuera de nuestro control o por excentricidades.
Tienden a asumir culpas que no les corresponden con facilidad, entorpeciendo sus relaciones interpersonales y volviéndose personas inadaptadas socialmente con escasa capacidad de decisión.
Existen tres tipos de neurosis:
- Obsesiva.
- Fóbica.
- Histérica.
En este caso nos ocupa la neurosis histérica, la cual se caracteriza por la insatisfacción permanente, el deseo inalcanzable y una sensación de derrota y pérdida perpetua, lo que provoca conductas dirigidas por el miedo, evitando todo aquello que puede ser positivo por temor a que se torne negativo.
Los niveles de este tipo de neurosis van desde casos superficiales sin gran trascendencia, que no representan mayores problemas para el paciente, hasta casos de elevada intensidad que pueden generar crisis de angustia y depresión severas que incluyan sintomatología física por somatización.