Una vez que tu ginecólogo analice tu sintomatología e historial clínico, te realizará una revisión física que incluirá un enfoque exhaustivo en las mamas en busca de algún signo de quistes.
De encontrar indicios, te solicitarán estudios como:
- Mamografía.
- Ecografía mamaria.
- Biopsia con aguja.
- Biopsia de mama.
El tratamiento a seguir dependerá del tamaño de los quistes mamarios y la sintomatología que presenten.
En quistes pequeños no suele requerirse tratamiento, por lo que solo se monitorean periódicamente para que no crezcan o generen trastornos.
En el caso de quistes de mayores dimensiones, la aspiración con aguja sirve no solo como herramienta diagnóstica, sino también como tratamiento, ya que por medio de ella puede extraerse el líquido contenido en el quiste, haciéndolo desaparecer.
Asimismo, pueden recetarte tratamiento hormonal para inhibir el desarrollo de quistes mamarios o su reaparición.
El último recurso terapéutico es la cirugía, la cual se recomienda únicamente en casos de gravedad donde el quiste reaparece varias veces o muestra indicios de poder tornarse canceroso o producir complicaciones serias.
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