¿Qué es el Síndrome de dolor miofascial?

Es un padecimiento caracterizado por episodios dolorosos en los músculos, los cuales se disparan al presionar zonas de alta sensibilidad, que son los puntos que desencadenan el dolor en el área muscular específica o en partes lejanas al músculo afectado, y que, parecen no tener relación alguna entre sí, fenómeno que se conoce como dolor diferido.

El síndrome de dolor miofascial puede originarse debido a una lesión, por realizar movimientos repetitivos en exceso, o por estar sometido a elevados niveles de estrés y ansiedad, lo que ocasiona que ciertas áreas del tejido muscular se tensen en demasía, conformando lo que se denomina como puntos de dolor, los cuales, se tornan crónicos e incrementan su intensidad progresivamente.

Causas del síndrome de dolor miofascial:

• Traumatismos.
• Sedentarismo.
• Microtraumatismos repetitivos.
• Postura anómala constante.
• Trastornos del sueño.
• Deficiencias vitamínicas.
• Afecciones articulares.
• Episodios de estrés.

• Músculo o conjunto de músculos que presentan dolor de gran intensidad y profundidad.
• Los episodios dolorosos son continuos y se agravan de manera progresiva.
• Rigidez muscular.
• Contracturas musculares.
• Dolor que no permite conciliar el sueño.

De no tratarse, el síndrome de dolor miofascial puede provocar trastornos del sueño y degenerar en fibriomialgia, una afección que produce dolor generalizado.

Una vez que el médico analice la sintomatología e historial clínico, llevará a cabo un examen físico en donde tocará diferentes puntos de los músculos adoloridos para observar reacciones e intensidad del dolor.

Asimismo, te realizará exámenes musculoesqueléticos y neurológicos exhaustivos para descartar otros padecimientos y confirmar el diagnóstico.

Si lo considera necesario, podrá solicitarte estudios adicionales con el fin de ubicar el origen del síndrome de dolor miofascial o algún otro trastorno que pueda estar provocándolo.

El tratamiento a seguir, por lo regular, consiste en la utilización de:

• Analgésicos.
• Relajantes musculares.
• Antidepresivos.
• Sedantes.
• Fisioterapia.
• Esteroides o anestésicos inyectados.

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