Se trata de un trastorno alimentario que se caracteriza por la regurgitación de la comida recién ingerida, es decir, los alimentos que se encuentran en el estómago, que normalmente no han sido digeridos todavía, regresan a la boca de forma recurrente y por lo general, involuntaria, aunque puede ser también voluntaria, para volver a ser masticados y tragados de nuevo o escupidos.
El síndrome de rumiación puede afectar a personas de cualquier edad y se considera como tal cuando existen eventos cotidianos por espacio de 30 días o más.
Al ser un comportamiento mal visto socialmente, el afectado trata de ocultar su padecimiento evitando comer con otras personas, disimulando el momento de la regurgitación o limitando el volumen de alimento ingerido, lo cual puede llevarlo a bajar de peso y a padecer algún tipo de desnutrición.
Aún no se ha identificado el origen del síndrome de rumiación, pero se considera que un factor de riesgo puede ser un incremento de la presión abdominal o sufrir episodios recurrentes de estreñimiento.
Asimismo, otro factor que podría aumentar el riesgo de padecer síndrome de rumiación es tener algún trastorno psicológico como depresión o ansiedad.
Las complicaciones más comunes de este trastorno son:
- Daños en el esófago.
- Disminución del peso corporal.
- Deficiencias nutricionales.
- Problemas dentales.
- Halitosis.
- Aislamiento social.
- Baja autoestima.