Se trata de una alteración conductual alimentaria caracterizada por la ingesta alimentaria veloz y compulsiva, donde la persona parece no tener el control sobre la comida, pues a pesar de no tener hambre y sentirse saciada, continúa comiendo, lo que puede significar un riesgo para su salud y en ocasiones, la muerte.
A pesar de que cualquier persona puede desarrollar un trastorno alimentario compulsivo, es más frecuente en mujeres, especialmente durante la adolescencia y juventud.
Hasta el momento se desconocen las causas del trastorno alimentario compulsivo, pero las investigaciones clínicas indican que pueden estar involucrados factores:
- Biológicos.
- Conductuales.
- Genéticos.
- Psicológicos.
- Sociales.
También puede deberse a problemas de salud mental como ansiedad, depresión, estrés y acoso por el peso corporal, entre otros.
A diferencia de otros trastornos alimenticios, en el compulsivo, la persona no devuelve o vomita las grandes cantidades de comida que consume, solo siente culpa, asco o vergüenza. Regularmente, los atracones se repiten al menos una vez a la semana.