Se presentan por lo regular tres meses después de haber sufrido un evento o situación muy estresante y varían según el tipo de trastorno de adaptación que se tenga, siendo los signos más evidentes:
- Aislamiento social.
- Comportamientos compulsivos o erráticos.
- Desesperación.
- Evasión de asuntos importantes.
- Inapetencia.
- Llanto involuntario y frecuente.
- Pensamientos o conductas suicidas.
- Pulsaciones cardiacas irregulares.
- Problemas de concentración.
- Trastornos del sueño.
- Ansiedad.
- Angustia.
- Temblores continuos.
- Tristeza.
- Desesperanza.
La sintomatología puede llegar a ser tan grave que se pueden tener pensamientos suicidas o cometer un intento de suicidio. Si los trastornos de adaptación no se atienden oportunamente, pueden ocasionar problemas graves de salud mental, como el consumo y abuso de sustancias ilícitas, depresión y trastornos de ansiedad.