Se refieren a una serie de afecciones que se presentan cuando el organismo tiene un recuento anormal de glóbulos blancos o leucocitos, los cuales ayudan a combatir las infecciones bacterianas, fungicidas o virales.
Cuando existe bajo número de leucocitos se denomina leucopenia, y cuando el recuento es alto, se produce una leucocitosis.
Los trastornos de los glóbulos blancos en niños, según las investigaciones clínicas, pueden manifestarse por alguna de las siguientes razones:
- Genética (transmisión de padres a hijos).
- Factores ambientales externos.
- Neoplasias malignas.
- Presencia de otras patologías.
- Problemas inmunitarios.
Existe una amplia variedad de glóbulos blancos, cada uno con una función específica, para combatir diversas enfermedades, siendo los más comunes:
Síntomas
La sintomatología depende de la causa, pero, por lo general incluye:
- Debilidad.
- Dolor abdominal.
- Escalofríos.
- Erupciones en la piel.
- Cansancio extremo.
- Temperatura elevada.
- Ganglios linfáticos inflamados.
- Mareo.
- Pérdida del conocimiento.
- Problemas para respirar.
- Ataques de tos.
- Cavidad oral ulcerada.
- Basófilos.
- Eosinófilos.
- Linfocitos.
- Monocitos.
- Neutrófilos.
Tu hijo puede presentar un recuento bajo de glóbulos blancos (leucopenia) que disminuye la capacidad de su organismo para combatir infecciones, o tener un número elevado de leucocitos circulando por la sangre, generalmente por un cuadro infeccioso, una respuesta autoinmune del organismo o la presencia de cáncer.
Diagnóstico y tratamiento
Para poder obtener una diagnosis adecuada, deberás llevar a tu hijo a consulta con un especialista, quien analizará su sintomatología e historial clínico, para después realizar una revisión física. También solicitará una serie de estudios para determinar la causa de los trastornos de glóbulos blancos, tales como:
- Análisis de la médula ósea.
- Biopsia de tejido.
- Examen de sangre.
- Examen molecular.
- Pruebas genéticas.
El tratamiento a seguir dependerá de los síntomas, el tipo de trastorno de los glóbulos blancos y la gravedad del mismo, lo cual puede incluir:
- Antibióticos.
- Medicamentos que ayudan a estimular la producción de glóbulos blancos de la médula ósea.
- Trasplante de médula ósea.
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